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Nubes sobre el Mar

Nubes sobre el Mar
Cuadro pintado por mi hija pequeña

lunes, 30 de diciembre de 2013

Nota de fin de año

Aunque no estoy de humor en estos días quería contestar a un comentario que no he publicado. Me dice que no le gusta el blog porque tiene censura. No es el único. Modero los comentarios porque puedo y porque quiero. No puedo pasarme el día delante del ordenador. También me dice que soy blog adicta. En eso tengo que darle la razón. Luego afirma que no parece que me guste que comenten, sobretodo si es en contra. Bueno, el problema es que el noventa por ciento de la gente no sabe disentir sin entrar en descalificaciones personales. Ya sé que doy la impresión de ser demasiado estricta, pero los que me conocen saben que aquí tiene cabida todo el mundo. Felices fiestas.

Crear buenos hábitos en los niños

Aunque mis resultados hayan sido desiguales a largo plazo, puedo presumir de que mis hijos fueron unos niños modélicos durante años. Esto se debe en parte, yo creo, a una serie de hábitos adquiridos desde la primera infancia. Por ejemplo, los horarios. Durante todo el año yo bajaba todas las persianas de la casa hacia las nueve de la noche, con la intención de hacerles ver que ya era hora de ir pensando en retirarse, hora para la relajación y el descanso. Solía decir: se ha declarado la noche. Otra cosa, mis hijos salían bien abrigados aunque no tuvieran frío. Otra frase mía: cuando mamá tiene frío todos tienen frío. No poseen capacidad todavía para decidir por sí mismos.

Mis hijos no rompían los juguetes. Parece muy obvio pero en conocido montones de niños que tenían la costumbre de destruir sus juguetes a veces nada más recibirlos. Cuando un juguete se rompía solo procurábamos arreglarlo o sustituirlo. Tampoco tenían muchos juguetes a la vez y naturalmente después de jugar tenían que recogerlos, aunque fuera con ayuda mía. Mis hijos han leído mucho. Eso no significa que fuera fácil porque tienen que encontrar la clase de libros que les atraen. Con la mayor no lo conseguí hasta la colección de los Cinco y con la pequeña con unos de cuentos exóticos. El mayor devoraba de todo pero me temo que ya ha perdido la costumbre.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Historia de un nacimiento

Republico esta entrada que creo que ha pasado desapercibida.
Pensando en esto de los médicos que a veces no te toman en serio, me estaba acordando del embarazo de mi hijo mayor. Me pasé hasta  los cinco meses de gestación vomitando sin parar, pero el médico no le daba mayor importancia. Ni siquiera cuando los análisis daban todos los parámetros mal, proteinuria y riesgo de preclamsia. Por supuesto, no me ingresaron. Han hecho falta años para que descubra que la preclamsia es una de las principales causas de muerte materno fetal. Cuando mi embarazo llegó a término tuve veinticuatro horas de contracciones y un parto por ventosa donde el ginecólogo tuvo que cortar al menos tres veces para sacar al niño.

Naturalmente eso me produjo hematoma, hemorragia y no sé cuántos puntos de sutura, pero una vez más el médico no me hizo ni caso y no me pusieron ninguna transfusión, de modo que tardé seis meses en volver a sentirme persona. Fue después en los embarazos y partos de mis hijas cuando descubrí con gran sorpresa que tener un hijo no tenía que ser una tortura ni poner en peligro tu vida varias veces. Además, las tuve ya con epidural, aunque no me funcionara muy bien. El caso es que estaba pensando que María parió a Jesús sin dolor, y hoy en día eso sería posible, pero algunos facultativos todavía no parecen interesados en que suceda.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Adiós a un blog

No sé si muchos recordáis que tengo varios blogs en escena en este momento. El anterior a éste, se llama sigoacontracorriente.blogspot.com. Existe desde hace cinco años y hace dos años y medio que estoy publicando solamente artículos de otros autores a los que quiero dar publicidad. Sin embargo ya son muchos posts (2022) y mucho tiempo de dedicación; así que creo que lo voy a dejar descansar. Se queda en internet a disposición de quien quiera consultarlo. Es toda una enciclopedia sobre moral natural y humanismo cristiano. Sigue entrando bastante gente a diario y de muchos lugares diferentes del mundo. De hecho tiene más de ochenta y ocho mil visitas ya.

Creo que ya he tocado todos los temas desde todos los ángulos posibles y espero que haya merecido la pena el esfuerzo. Naturalmente eso no significa que vaya a dejar este blog. Quiero que quede claro que estoy hablando de mi otro blog, que es el que voy a dejar de actualizar y no éste; que me temo que tiene cuerda para rato aunque ya tiene más de ochenta y dos mil visitas también. Lo que ocurre es que voy a volver a daros la brasa con los refranes, porque ya se sabe que cuando ando baja de inspiración recurro a esa fuente de sabiduría popular y la interpreto a mi manera. Por suerte es un filón inagotable. Suerte para mí, se entiende.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Relevo generacional

Cuando voy a la gimnasia del ayuntamiento, la mayoría de mis compañeras son mujeres mayores de sesenta años, aunque en buen estado físico. Se da el caso de que algunas conservan todavía a algún padre aunque muchas son ya abuelas. Me da envidia cuando las oigo hablar porque pienso que es lo natural, que los padres sean sustituidos por los nietos en la vida de una persona. De este modo, al perder a unos te consuelas con los otros. Pero yo soy la pequeña de cinco hermanos y mi padre me tuvo con cuarenta años. Por eso me ha tocado despedirme demasiado pronto, cuando todavía no tengo edad para ser abuela.

Según el orden natural de las cosas, los hijos deberían tenerse sobre los veinte años. Así sigue siendo en muchos lugares del mundo. Es cuando la pareja es más fértil y se encuentra mejor de salud, y con energía para la crianza. De este modo, a los cuarenta ya están los hijos criados y a continuación puede uno empezar a preocuparse por los padres. El relevo generacional debería completarse en unos veinte años. Pero hoy en día las parejas se casan sobre los treinta y tienen hijos ya cerca de los cuarenta. Me temo que eso va a traer muchos problemas a largo plazo a nivel económico y social porque no estamos preparados para un cambio de papeles tan drástico.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Una muñeca

Estaba esperando en el coche a mi hija a la salida del colegio cuando vi en el coche de al lado a una pareja. Ella podría haber pasado por una chica de veinte años mirándola de lejos, pero de cerca como estaba yo se notaba que andaba por los sesenta. Pelo rubio platino con extensiones, maquillaje y labios de botox, gafas oscuras a la moda. Me dió lástima porque además no se la veía muy feliz. Estaban allí los dos juntos sin hablarse. Desde luego no puedo negar que la estética ha hecho milagros en los últimos tiempos, pero me pregunto hasta qué punto le ha valido la pena el esfuerzo y el sufrimiento de las operaciones.

Cuando saco este tema siempre tengo problemas, pero sigo pensando lo mismo. Cada cual tiene que vivir en su propia edad y esto incluye los cambios en el cuerpo y en la cara. Lo cual no quita para arreglarse en lo posible, taparse las canas, un poco de pintura. Pero no hasta el punto de parecer un maniquí de escaparate, una muñeca de plástico. La miraba y me parecía estar sentada junto a una Barbie de tamaño natural. Nuestra sociedad que prima la juventud y la belleza tiene la culpa de que algunas personas no se resignen al paso del tiempo. Pero es que todo esto es un negocio además que mueve millones de euros y por eso no hay quien lo pare y menos en estas fechas.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Vacaciones

Tengo posts programados hasta enero pero voy a dejar de pasar por otros blogs una temporada. Tengo la moral baja. Siento no poder estar al día con vosotros pero espero que sigamos en contacto. Besos.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Gastos suntuarios

Ojeando las revistas en estas fechas me quedo alucinada de la cantidad de dinero que la gente es capaz de gastarse en regalos navideños. Yo siempre he pensado que se trata de tener un detalle. Entre otras cosas porque todos tenemos las casas llenas de objetos que no sabemos donde guardar, muchos fruto precisamente de regalos de Navidad y, yo por lo menos, ya no tengo hueco por ninguna parte. Además a la hora de regalar afortunadamente todo el mundo tiene de todo ya y es imposible hacer un regalo original. En los últimos años yo optaba por regalos solidarios. Así al menos ya servían para algo de antemano.

En las páginas de algunas ongs. como Manos unidas o Intervida tienen tiendas de regalos todo el año y especialmente para estas fechas. Ahí se pueden encontrar desde ropa y objetos de adorno a productos de alimentación, todo ello de comercio justo. Cuando aún no tenía más remedio que contribuir a este ritual social aprovechaba estas oportunidades. Pero gastarse varios cientos de euros en regalarle algo que no necesita a alguien que no lo va a apreciar (por le sobra de todo), me parece uno de los grandes pecados de nuestros tiempos que han adulterado completamente el sentido que deberían tener estas fiestas.

jueves, 19 de diciembre de 2013

El festival de los juguetes

Cuando mis hijos eran niños todos los años por estas fechas me tocaba averiguar qué era lo que querían de parte de los Reyes Magos y Papa Noel.  Aquello era satisfactorio pero también muy agobiante porque tenía que ir de tienda en tienda a ver si quedaba ese producto no fuera a ser que luego no lo encontraran sus majestades. Con todo, mis hijos tenía reducido el número de regalos a tres en nuestra casa, porque luego en casa de los abuelos recibían diez veces más, de cosas sin importancia, pero regalos también. Así que en consecuencia, yo también tenía que ocuparme de pensar algo para mis diecisiete sobrinos.

Añadiendo a esto diez matrimonios, llegó un momento en que pasaba todo el mes buscando cosas por no hablar del gasto y acabé bastante harta, porque al final lo de mis propios hijos era a lo que menos atención prestaba. Afortunadamente, al irse haciendo mayores, los regalos de los sobrinos se fueron suprimiendo, primero en una casa, luego en la otra, hasta finalmente sólo quedar los nuestros. Cuando ya la sorpresa no era necesaria, tampoco esperar a una fecha determinada, todo se fue tranquilizando. En cierto modo lo recuerdo con nostalgia, pero todo aquel tema estaba muy sobredimensionado. Creo que los niños tienen demasiados juguetes y los disfrutan menos que antes.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Una vacante imprevista. La novela

Dicen que los actores que están encasillados en un papel suelen lanzarse a algo radicalmente distinto para compensar. Así, el protagonista de Harry Potter se desnudó en una obra de teatro. También la autora de la saga parece que ha decidido romper con su imagen infantil de una vez por todas. Su nuevo libro Una vacante imprevista a mí me ha enganchado desde la primera página. Me lo leí en cinco días. Es entretenido, tiene personajes muy definidos y mantiene la tensión. Eso sí, desde luego no es un libro para niños. Es duro y cruel como la vida misma. No deja ninguna concesión a la fantasía o a la esperanza. es una novela ácida y mordaz.

Aun así me ha gustado mucho. Sin embargo, no recomiendo leerla si acabas de salir de una depresión y consideras que la gente no tiene remedio y la sociedad es un asco, porque te confirmaría en todos tus peores pensamientos. Lo que parece ser la historia de un pequeño y sencillo pueblo inglés se acaba convirtiendo en un compendio de todos los vicios y desviaciones del ser humano. Pero no se le puede culpar de ensañarse sin motivo. Realmente los personajes están tan bien creados que resultan muy reales y la historia es de las que por desgracia suceden todos los días, aunque no tengamos nunca ocasión de seguirlas tan de cerca.

martes, 17 de diciembre de 2013

Antiguos alumnos

Desde que salí de mi colegio no he vuelto por allí más que una vez para recoger un título, creo. Algunas antiguas alumnas se reúnen una vez al año. Muchas llevan a sus hijos al centro. Otras quedan de vez en cuando en sus propias casas. Me han invitado un par de veces pero no quiero ir. Sería como dar un salto al pasado que no me atrae lo más mínimo. Me he pasado años intentando olvidar esa época de mi vida y creo que lo he conseguido bastante bien. De hecho ya no me acuerdo de los nombres ni de las caras de la mayoría de ellas. Esa parte de mí es un borrón y quiero que siga siéndolo siempre.

Yo nunca fui popular, aunque tampoco tenía grandes problemas. Simplemente me mantenía al margen de toda vida social. No encajaba con ningún grupo. Como ya he dicho alguna vez, demasiado vulgar para las pijas, demasiado pija para las normales. Siempre me consideré muy madura para mi edad y sus conversaciones me aburrían soberanamente. Además nuestros estilos de vida eran muy diferentes. Sólo conseguí congeniar con dos o tres chicas en doce años y apenas conservo ya relación con ellas tampoco. Soy consciente de que me perdí algo importante en esa época de mi vida pero ya no creo que pueda recuperarlo de ningún modo, ni creo que sea buena idea intentarlo.

lunes, 16 de diciembre de 2013

El precio del delito

Los delincuentes internacionales saben desde hace tiempo que delinquir en España sale mucho más barato que en otros países europeos. Sin embargo, para delitos graves y reincidentes sí que existía la doctrina Parot que aseguraba un cierto grado de justicia. Sin embargo esa norma no era una ley propiamente dicha y por eso ha sido eliminada recientemente. De ese modo, cientos de delincuentes peligrosos estarán en las calles de nuevo para las navidades, dispuestos a convertir nuestras vidas en algo más peligroso y haciendo que la indignación sea el sentimiento prioritario de estas fiestas. Y todo por no haber hecho una ley en condiciones.

Todos los gobiernos de la democracia tienen la culpa de esta situación, pero además muchos no entendemos a qué vienen tantas prisas para soltar a terroristas, violadores y otros criminales. Hoy en día robas una barra de pan para comer y si te descuidas te pasas diez años en la cárcel. Pero matar o violar a veinte tiene una condena ridícula que apenas llega a un año por víctima. Naturalmente, los criminales se portan bien en la cárcel, más que nada porque no les queda otra. Eso no es razón para dejar la sentencia reducida a algo simbólico. Estas navidades los deseos de paz y felicidad se verán empañados porque la justicia en España ha sido derogada.

viernes, 13 de diciembre de 2013

No he cerrado el blog

No sé si es casualidad pero, desde que publiqué un post por error referido al cierre de otro blog, me han bajado las visitas a la cuarta parte. Así que tendré que aclarar antes de tiempo que se trataba del blog sigoacontracorriente.blogspot.com, que pienso dejar en breve. Pero éste tiene cuerda para rato mientras no me falle la inspiración. Bueno, también puede ser que todo el mundo ande muy ocupado con los preparativos de estas fechas. Sólo deciros que sigo aquí y hoy también he publicado un post.

Lolitas

Volviendo a mis primeros post, otra cosa que ocurre en navidades, especialmente en año nuevo, es que todas las chicas mayores de doce años aparecen vestidas de..., cómo diría yo, mujeres dispuestas a hacer la calle. Desde hace unos diez años existe una tendencia cada vez mayor a vestir a las niñas de mujeres provocativas. Las hijas de las artistas aparecen con tacones y minifalda cuando casi no les han quitado los pañales. Se supone que debería dar igual ahora que vivimos en una sociedad moderna e igualitaria. Pero del dicho al hecho va mucho trecho. La realidad es que esas vestimentas y actitudes resultan inadecuadas. Aparte del frío que pasan en las fiestas.

El instinto, como su nombre indica, no está domesticado. Es algo atávico. Cuando un hombre ve a una niña disfrazada de mujer, digamos, sin restricciones morales, lo que está viendo es una posible pareja sexual. Naturalmente, cualquier persona civilizada sabe reprimir esos instintos. Pero no se trata de eso, sino de que en una sociedad donde teóricamente el feminismo es dominante, se esté enseñando a las niñas a mostrarse como objetos sexuales ya desde la pubertad. No creo que sea sano para su desarrollo físico o mental ni para sus futuras relaciones personales. Cada cosa tiene su tiempo y deberíamos respetarlo.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Juguetes para niños y niñas

Siguiendo con las navidades esto me recuerda que hace siete años en una conocida revista escribí un artículo hablando de cómo las preferencias infantiles en juguetes demostraban claramente que los niños y las niñas son diferentes de nacimiento. Y no lo digo por las razones obvias, sino porque no hay quien convenza a un menor de que juegue con algo que no le atraiga y es evidente que según su sexo les atraen cosas distintas. Hay quien ha hecho experimentos intentando regalarles muñecos a los niños y juegos de acción a la niñas y generalmente no funciona. Están programados genéticamente para preferir unas cosas a otras.

Miles de años de roles diferenciados en las tribus humanas, así como factores hormonales decisivos invitan a las niñas a tener una muñeca o peluche a quien cuidar, proteger y educar. Mientras que los mismos factores hacen que los chicos prefieran los coches, monstruos con los que luchar y otras máquinas. Cualquier intento por parte de la sociedad de cambiar esto, en un paternalismo mal entendido, sólo consigue confundir a los críos y hacer que se sientan incómodos. Otra cuestión es que existan juegos de tipo educativo que puedan ser utilizados al mismo tiempo por niños y niñas y que resultan muy aconsejables. Yo en casa tenía de todo.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Jesucristo rey del universo

Es la fiesta que se celebra el día 24 de noviembre. La verdad es que resulta difícil de explicar incluso para un cura no digamos para un profano. Se trata del final del año litúrgico y viene a significar que tenemos que poner a Jesús como centro de nuestras vidas. Quien dice a Jesús, a Dios en general. Que el universo está regido por un principio divino es algo de lo que no tengo ninguna duda. Lo veo en la perfección y belleza de todas las cosas. Alguien diría que también pasan cosas malas, pero eso se debe a que somos libres. Dios nos da la libertad y los medios para actuar bien o mal. De no ser así no tendría ningún mérito comportarse de forma correcta.

Hay quien pone el centro de su vida en su trabajo, en el ocio o incluso en la familia, pero se olvidan de lo más importante y es que los cristianos pensamos que nuestra vida tiene un sentido. Así que todo lo que hacemos, pensamos o decimos durante el día debería estar dirigido a ese fin último. Me temo que eso es algo que tienen muy presente en las pequeñas comunidades de los países pobres, pero aquí tenemos demasiadas distracciones y es fácil olvidarse, por ejemplo, del significado de la Navidad, de la importancia de pasar tiempo juntos o de que las cosas que más cuesta conseguir son las que más se valoran. Todo ello parece de sentido común, pero Jesucristo con sus palabras nos lo recuerda cada día. Por eso debe ser el rey de la vida de los creyentes.

martes, 10 de diciembre de 2013

El ocio infantil y la tecnología

Hace muchos muchos años, allá por la Edad media que dicen mis hijos, los niños no teníamos aparatitos para jugar que nos dieran todo hecho y teníamos que utilizar la imaginación. No es que yo sea un gran ejemplo en ese sentido porque me pasaba la vida leyendo, pero otros niños construían sus propios juguetes, creaban historias con ellos y hacían ejercicio al aire libre. Ya sabéis que yo soy una retrógrada antitecnología, aunque la utilice en el blog. Me horroriza cada vez que veo a niños cada vez más pequeños jugando con el móvil o incluso con tabletas electrónicas, de esas que no bajan de trescientos euros, y que les han regalado sus padres.

Dicen los expertos, que tienen una habilidad manual asombrosa, y no lo dudo. Pero sin embargo, les falla la comunicación oral. Además es una pérdida de tiempo impresionante. Porque yo veo a mis hijos ya mayores la cantidad de horas que se pasan hablando de nada con sus amigos. Y no sólo chicos, también adultos, haciendo comentarios sin sentido y colgando fotos que sólo les interesan a ellos mismos. Pero al fin y al cabo, si ya tienen su vida resuelta son muy libres. El problema son los niños que se enganchan y ya no saben vivir sin sus aparatitos. Creo que es importante que les limiten el tiempo de utilización cada día y que aprendan a divertirse de otras maneras.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Planes navideños

Cuando se aproximan las vacaciones de Navidad yo siempre tengo el mismo sueño: marcharme unos días a Canarias con mi marido. Porque para mí planes en familia significa comer o cenar con mi pareja y mis hijos. Comprendo que soy algo antisocial, pero mis preferencias no incluyen hermanos. cuñados y sobrinos a los que apenas veo el resto del año. Y menos todos a la vez, y menos a altas horas de la madrugada, y menos fuera de mi casa. Mis navidades ideales son las que pasaba en mi infancia, sólo con la familia cercana y sin tener que salir, ni arreglarse tanto ni volver a las tantas. Creo que ése es el sentido de las fiestas.

Por no hablar de cuando teníamos que buscar regalos, que eso ya pasó gracias a Dios, pero han sido muchos años. Entiendo que Nochebuena y Navidad se pasen con los abuelos, cuando aún se tienen, pero Nochevieja es otra cosa. Es una fiesta aparte y no entiendo ni comparto que se celebre igual. Ya sé que soy un poco rarita. Pero de hecho hay mucha gente que acude a cenas de fin de año con cotillón y se ahorran el jaleo familiar, así que no debo ser la única. Sin embargo, todos los años pienso en hacerlo y al final me vuelvo atrás porque me da lástima romper la tradición, no ver a algunos o ser la única que falta. Y luego siempre me acabo arrepintiendo de haber ido.

viernes, 6 de diciembre de 2013

El hombre en la familia

Últimamente he visto muchas campañas a favor de que los hombres compartan las labores de la casa con las mujeres y se ocupen de los niños. Me parece fuera de lugar. Los hombres menores de cincuenta años ya lo hacen habitualmente. Trabajando los dos en la pareja resulta natural e inevitable que tengan que repartirse las tareas por una cuestión física de tiempo. Los mayores de esa edad y especialmente si sus mujeres no trabajan, no han sido educados en esa mentalidad. Pero además depende mucho de la cantidad de horas que pase cada uno en el hogar. No es lo mismo quien está casi todo el día que quien apenas tiene cuatro horas antes de ir a dormir.

Me parece bastante paternalista eso de suponer que las mujeres no sabemos decirle a nuestra pareja lo que necesitamos. Otra cosa puede ser que algunas prefieran hacerlo todo personalmente por falta de confianza en su marido o por poder luego presumir de lo ocupadísisimas que están y lo poco que las ayudan, que de todo hay. Yo desde luego conozco mujeres que se complican la vida ellas solas con multitud de actividades innecesarias, como apuntar a sus hijos a todo lo que existe, con tal de poder luego quejarse de que no tienen un minuto libre. Antes de hacer campañas de concienciación deberían de conocer un poco mejor la psicología humana.

jueves, 5 de diciembre de 2013

La necesidad de escribir y leer en internet

Apenas había aprendido a escribir cuando ya devoraba cualquier libro que encontrara y al poco empecé a plasmar mis pensamientos en papel. Habitualmente, durante las clases porque me aburrían las largas explicaciones de los profesores.  Desde entonces a hoy, unos cuarenta años después, ha habido temporadas en que no he tenido apenas tiempo, pero creo que nunca he dejado de hacerlo. Mi diario personal eran hojas sueltas hasta que descubrí este medio y el mundo de los blogs, de los cuales ya he tenido unos siete. La verdad es que no concibo mi vida sin escribir y leer y por eso no me explico cómo tanta gente no lo hace.

Hay quien se pasa las horas ante el ordenador, pero lo único que mira son los twitters, noticias abreviadas y los típicos vídeos graciosos. Yo no creo que eso sea suficiente. Lleva mucho tiempo y se saca muy poco en limpio. Una vez leí un dicho interesante al respecto, algo así como: la gente que utiliza instagram piensa que son fotógrafos, los que tienen facebook que tienen muchos amigos y los que utilizan twitter creen que son muy inteligentes. Realmente se trata de hacer un poco de todo sin hacer nada en serio. Tampoco es que vaya a decir que los blogs en general tienen valor literario, pero algunos sí, y otros al menos te hacen pensar.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El paso del tiempo

Ayer me extrañó mucho porque sólo una persona, Silvia, comprendió qué era lo que yo quería transmitir con el artículo. La cuestión no es tanto si uno se encuentra mejor o peor físicamente respecto a su edad, sino si se siente respaldado. Yo empecé con problemas antes de tiempo, ya sobre los treinta años, y tuve que enfrentarme a multitud de médicos que me decían que eran imaginaciones mías. No ha sido hasta diez años más tarde cuando por fin tengo los diagnósticos en el cajón que demuestran que realmente tenía algo, que no era psicológico o fruto del aburrimiento, como llegó a insinuarme uno de los especialistas.

Pero lo que realmente me choca es que a algunos les haya molestado tanto el afirmar que a partir de los cuarenta años ya no se es joven. Lo cierto es que el ser humano está diseñado para vivir unos cincuenta años. Todo lo que consigamos después es tiempo extra. Por eso, todo el sistema empieza a fallar. Hay multitud de trastornos que empiezan a partir de esa edad como la vista cansada o presbicia, los problemas circulatorios y digestivos, los dolores de espalda y musculares y otros más íntimos como la menopausia. Por no hablar de que la piel y la cintura no vuelven a ser las mismas. Negar todo esto no sirve de nada porque te va a ocurrir igual.

martes, 3 de diciembre de 2013

Cuarenta y ocho

Son los años que voy a cumplir en pocos meses. Es extraño pero me alegro de cumplirlos porque me acercan a la cincuentena. Y alguno pensará que me he vuelto loca. Teniendo cuarenta y siete parece que estoy más cerca de cuarenta y cinco, pero yo me siento mayor. Cuando iba al médico y me quejaba de dolores de espalda por ejemplo, tenía el problema de que consideraban que era psicológico porque una persona joven no tiene esa clase de molestias. Ahora voy con mis casi cincuenta años y ya me toman en serio, me piden análisis y radiografías. Y bueno, será una tontería, pero me siento justificada.

Ya puedo decir que me canso enseguida cuando salgo a caminar y no pensarán que soy una quejica, o que me duele un brazo y no dirán que es una excusa para no hacer nada. Ahora puedo olvidarme de las cosas y la gente piensa que es normal, no que soy una descuidada. Porque además por desgracia ya he superado la esperanza de vida de algunos países y la de hace cien años. Se supone que he vivido lo suficiente para estar tan "cascada". Y aunque no tengo canas, puedo lucir mis arrugas y manchas sin miedo a que alguna piense que soy una dejada, que no me cuido y demás. Puedo vestir conforme a mi edad, sencilla y cómoda. Algo tenía que tener de bueno.

lunes, 2 de diciembre de 2013

La muerte

Deberíamos venir programados desde niños para aceptar la muerte, igual que aceptamos la necesidad de respirar, alimentarnos o evacuar. Es algo natural e ineludible. ¿Entonces por qué no aceptamos que tenemos que morir?, y lo que es mucho peor, que las personas que nos rodean también tendrán que hacerlo y todos los seres vivos. Incluso cuando se trata de alguien tan mayor y tan acabado ya como era mi padre, que en paz descanse, cuesta mucho hacerse a la idea. Han pasado más de dos meses y aquí sigo pensando que está sentado en su sillón viendo la tele. Sólo cuando entro en la habitación y no le veo comprendo que mi mente me engaña.

Para alguien con fe debería ser un consuelo pensar que sólo la carne ha muerto y el espíritu sigue vivo. Y lo es hasta cierto punto, pero sólo hasta que uno sigue echando de menos el contacto físico, las miradas, las palabras del que ya no está. Y sus cosas siguen distribuidas por toda la casa. Su coche sigue aparcado en la calle. La música que le gustaba seguirá sonando. Los sitios por donde paseaba siguen ahí y otras personas pasearán por allí sin sentirlo. Y algún día también nosotros no seremos más que un conjunto de objetos y recuerdos. Cuanto antes aprendamos a asumirlo tanto mejor. Sin embargo, me temo que es superior a nuestras fuerzas.